11 de abril de 1943 | El Día que Vélez Reconstruyó su Fortaleza

11/04/2025

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Escrito por:

Mariano Gallo Grandjean

Hincha de Vélez. Referente de la comisión de Marketing UV.

Inauguración del Estadio José Amalfitani: una obra monumental que marcó el renacer del club

Quedaba atrás, en el recuerdo imborrable, el mítico Fortín de Basualdo. Las semillas plantadas con tenacidad por José Amalfitani y su incansable grupo de colaboradores comenzaban a dar sus primeros frutos. Aquel terreno despreciado, lindante con el arroyo Maldonado —hoy Avenida Juan B. Justo—, fue nivelado y transformado a fuerza de convicción. El pantano fue vencido por miles de camiones cargados de tierra, escombros y esperanza, guiados por la mano firme de Don Pepe.

Los viejos tablones de Villa Luro volvieron a convertirse en tribunas, en refugio, en identidad. El hincha dejaba de deambular por estadios ajenos: Vélez recuperaba su casa, y con ella, parte de su alma. El nuevo estadio fue mucho más que cemento y madera; fue el símbolo tangible de una refundación.

La jornada inaugural estuvo a la altura del acontecimiento. Vélez se midió en un amistoso ante River Plate, último campeón del fútbol argentino. Dirigió el histórico Bartolomé Macías, mismo juez que había arbitrado el debut fortinero en el profesionalismo en 1931. Aquel 11 de abril, bajo el sol del oeste, Fortineros y Millonarios empataron 2 a 2: Ferraro y Ángel Fernández marcaron para Vélez; Adolfo Pedernera convirtió los dos goles visitantes.

Más de 25.000 almas colmaron el estadio de tablones de quebracho que latían al ritmo de los saltos, los cantos y las lágrimas de emoción. Autoridades de AFA y representantes de distintos clubes dijeron presente. La prensa de la época no escatimó elogios:

«Ya no podrá hablarse más de los del Fortín de Villa Luro. Vélez Sarsfield ha evolucionado y dispone ahora de un amplio y cómodo estadio que acaso no sea tan pintoresco, tan característico como aquel, pero que está más a tono con la importancia de la Institución y con las exigencias del fútbol actual».

Aquel 11 de abril de 1943 quedó grabado como un mojón refundador en la vida institucional del club. El Fortín de Basualdo ya era historia. Pero nacía otra. Una historia de crecimiento, pertenencia y grandeza. Una historia que, desde entonces, se escribe en casa.