Comisión de comunicación UV.
En medio de una temporada plagada de desafíos y obstáculos, El fortín se encuentra ante un momento crucial en su historia. El partido que se avecina en casa no solo es un encuentro deportivo más, sino un símbolo de la lucha, la garra y la pasión que debe caracterizar al Fortín.
Desde el inicio del torneo, las dificultades han sido constantes. El equipo ha enfrentado contratiempos dentro y fuera del campo de juego, y la crisis institucional que lo rodea ha generado incertidumbre entre los hinchas y la comunidad futbolística en general. Sin embargo, es en estos momentos de adversidad donde se demuestra la verdadera fuerza de un club, su capacidad para sobreponerse y su compromiso con los colores que defiende.
El partido contra Gimnasia no es simplemente otro enfrentamiento más. Es una oportunidad para escribir un nuevo capítulo en la historia de Vélez, para dejar atrás las dudas y los temores y demostrar por qué este equipo es digno de admiración y apoyo incondicional.
Si bien el comienzo de la Liga puede no haber sido el esperado, es importante recordar que en el fútbol todo puede cambiar en cuestión de minutos. La verdadera grandeza de un equipo se mide no solo por sus victorias, sino por su capacidad para levantarse después de una caída, para seguir luchando hasta el último minuto, sin importar cuán difícil sea la situación.
Es en estos momentos donde la verdadera fuerza del hincha de Vélez se hace evidente. Es hora de dejar de lado las dudas y los reproches, y unirse en un solo grito de aliento y esperanza. La pasión por los colores debe prevalecer por encima de todo, recordando que juntos somos más fuertes y que el apoyo incondicional al equipo es fundamental en momentos como este.
La necesidad de llenar el Estadio José Amalfitani con el calor y la energía de los hinchas es imperativa. Es el momento de convertir cada rincón del estadio en un mar de camisetas con la “V” azul o blanca, en un símbolo de la unión y el compromiso de toda una comunidad con su equipo.
Porque más allá de los resultados y las estadísticas, lo que realmente importa es el corazón y el espíritu indomable que caracteriza a Vélez Sarsfield. Es la pasión por el fútbol, la entrega en cada pelota disputada, la convicción de que hasta el último segundo todo es posible.
Por eso, hoy más que nunca, levantamos la bandera del optimismo y la esperanza. Confiamos en la garra y la determinación de nuestros jugadores, en su capacidad para superar los desafíos y escribir una nueva historia de grandeza y gloria para nuestro club.
Que el rugido del Fortín se escuche en cada rincón del estadio, que cada hincha sea un soldado en esta batalla por la permanencia y la dignidad. Porque mientras haya un solo hincha alentando, mientras haya un solo jugador luchando, la esperanza estará más viva que nunca en el corazón de Vélez Sarsfield.
Hoy, más que nunca, somos uno solo. Somos Vélez. ¡Vamos Fortín!
